Desde hace tres años a la fecha múltiples viajes me han llevado a estar en una modalidad de nómada, trabajando principalmente en Monterrey y otros días del mes conviviendo con mis hijas en el bajío o con hermanos y sobrinos en San Luis Potosí, además de aquellos lugares a los que me lleva mi trabajo.
Mis viajes han hecho que llegue a descuidar de mis plantas que tengo en casa en Monterrey al punto que un día, al regresar de uno de mis viajes más recientes, vi que una de mis platitas estaba totalmente seca; llegué a pensar que ya se me había muerto por mi falta de atención y cuidado. Decidí no darme por vencido y comencé a regarla y ponerla al sol nuevamente con la esperanza de que reviviera, fueron varios días de volver a poner atención, cuidado y esmero nuevamente en ella.
¿Y qué crees?
¡En la maceta que seguí regando la planta empezó a dar nuevamente señales de vida!
Me sorprendió ver como aquel cuidado y atención que puse en ella hicieron que reviviera.
Ante ese maravilloso suceso decidí que llamaría Lázaro a mi plantita. Si, como aquel personaje que cita la biblia, aquel a quien Jesús resucitó de entre los muertos.

Mi punto al contarte mi historia es que, en nuestras vidas hay muchas cosas que pueden parecer muertas ante la falta de nuestro cuidado y atención; y que quizás con un poco de estos dos elementos aunados al cariño y amor, pueden regresar a la vida.
Y esto puede ser valioso si reflexionas en que quizás tienes relaciones personales o familiares; proyectos de negocio o de vida que por tus diferentes ocupaciones parecieran como si estuvieran muertos y que, probablemente, con un poco de tu atención y cuidado pudieran volver a la vida.
Muchas ocasiones eso que vuelve a la vida regresa con una nueva apariencia. Como me sucedió a mi con Lázaro, ahora que renació ya no se ve igual que antes y creo que ahora me gusta aún más de como era originalmente.
コメント