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Momo y los ladrones del tiempo

Actualizado: 12 dic 2023



Oscar Ramírez Martínez

Coach Profesional Certificado


Hace unas semanas, mientras disfrutaba hacer junto con mis hijas diferentes actividades durante el fin de semana, Arantza, mi hija de seis años de edad me dijo que quería que le comprara un bonito reloj rosa de manecillas que vimos en el aparador de una tienda.


Después de comprarlo y yo ponérselo en su muñequita le dije;


“Vamos a aprender a medir el tiempo”, pensando yo en enseñarle a leer la hora en el reloj.



“Papi ¿Cómo se mide el tiempo?” me preguntó ella.



Su inocente pregunta me recordó a la novela de Momo y los ladrones del tiempo, del escritor Alemán Michael Ende. Un hermoso cuento de hadas moderno que muestra el desafío constante en la sociedad contemporánea actual, este en el que, el deseo y necesidad de tener una estabilidad material nos quita tiempo a los seres humanos para convivir, cuidar y atender de otras personas.



Momo es una hermosa niña con una cabeza llena de un lindo cabello rizado que vive sola en un teatro situado a las orillas de un pueblo a donde un buen día llegó a vivir. La gente de aquel pueblo acepta a Momo y le ayuda a tener una espacio cómodo para vivir. Momo también los acepta a ellos y les toma cariño.


Momo tiene muchas cualidades, pero hay una que la hace muy especial:



"Ella realmente sabe dedicarles a las personas el tiempo que merecen".


Tiene la capacidad de escuchar a las personas y esta es la razón por la que a la gente de este pueblo les gusta ir a platicarle sus sueños, sus aspiraciones, sus problemas y desafíos en la vida.



Las personas del pueblo se sienten muy bien al confiarle las cosas importantes en sus vidas, ya que Momo no los interrumpe cuando hablan de eso y tampoco emite juicios ante lo que le platican. Ocasionalmente les hace una pregunta sobre lo que está escuchando.



Los habitantes del pueblo realmente disfrutan de ese tipo de escucha tan especial y tan poco común entre la gente hoy en día.


Y de una forma muy interesante les sucede que, al escucharse a si mismos, ellos solitos encuentran soluciones a dichas preocupaciones.



“Cuando tengas un problema ve con Momo, no es porque sepa muchas cosas, sino porque realmente sabe escuchar”,

Se decían las personas del pueblo unas a otras.




Yo me pregunto ¿Qué me encanta más de Momo? ¿Su hermoso cabello que me recuerda la maravillosa montaña de chinos en la cabeza de mi Arantza o su gran capacidad de estar presente en el momento y de escuchar a los demás?

Ya sé la respuesta.



Una hermosa historia también presenta desafíos a los personajes y esta no es la excepción. En esta historia los desafíos llegan en forma de Los Hombres de Gris, personajes obscuros cuyo propósito es el de robarle a las personas su valioso tiempo. Su macabra finalidad es la de adoctrinar a las personas para que crean que el uso más importante del tiempo es el de generar dinero,



“El tiempo es dinero”


suelen decirles y los muy inocentes se lo llegan a creer.




Ante la insistencia de los Hombres de Gris muchas personas de este pueblo caen en sus redes y poco a poco empiezan a dedicar más tiempo para trabajar y menos tiempo para convivir entre ellos mismos y con Momo. Dichos Hombres de Gris sobreviven gracias al tiempo que roban de los hombres, eso los hace cada vez más poderosos.


Momo quiere regresarles a los hombres y mujeres ese valioso tiempo que les está siendo robado.


¿Verdad que está muy emocionante la trama estimado lector / lectora?


Y si te sigo platicando de este libro y todavía no lo has leído terminaré contándote el desenlace de la historia y prefiero dejarte la invitación a leer completo este libro. Creo que no te decepcionará.



Michael Ende nos muestra su fe en que en la sociedad contemporánea actual pudiera llegar a tener como medida de valor el tiempo y los momentos dedicados a otras personas; en lugar del dinero. Un hermoso ideal de vida, poder dedicar tiempo de calidad a otros.


Desde un mundo ideal sería lindo poder convivir mucho tiempo con las personas que queremos y que también nos quieren. Sin embargo, desde un mundo real, en el que hay sueños por cumplir y cuentas por pagar esto no siempre es una fácil decisión.


Haciendo a un lado las generalizaciones, te invito a hacerte a ti misma, a ti mismo, esta pregunta:




¿Qué espacio puedo hacer en mi vida

para dedicarselo a otros?








Y de esta manera, preciosa Arantza, es como yo creo que se debe de medir el tiempo, siempre muy conscientes de como lo estamos usando.




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